Desde sus primeras semanas de nacimiento, Martín supo lo que era navegar por los canales australes, recién con 15 días de nacido, comenzó su primera travesía marina, junto a Úrsula Calderón y José González, sus padres, con quienes tuvo la posibilidad de conocer los canales e islas próximas a Cabo de Hornos.

Su impecable trabajo en madera, hueso y corteza, lo fue adquiriendo al alero de su familia, entre mares y cantares, el que hoy deja un vacío enorme en isla Navarino, sobre todo en caleta Mejillones.

Martín navegó desde muy pequeño. Junto a su padre José, conoció la manera para poder desenvolverse a remo y vela de tela, en los fríos y engañosos mares australes y con Úrsula, aprendió el arte de la cestería, insumo indispensable, para los preciados talleres que realizaba para niños y adultos, en los que difundía la cultura Yagán.

La intendencia de Magallanes y Antártica Chilena y la intendenta Jenniffer Rojas, junto a toda la comunidad magallánica, lamentan su inconmensurable pérdida y envía condolencias a sus hijas: Claudia y Macarena, quienes tienen la fortuna y orgullo, de ser hijas de uno de los últimos hombres que vivió a la usanza nómade, a bordo de una canoa por los canales del fin del mundo.